Marzo y febrero son los meses en los que hay que preparar la tierra para la temporada de la huerta. Una vez hemos limpiado el terreno de malas hierbas y aireado la tierra, toca añadirle los nutrientes necesarios para que ésta sea fértil y prolifera.
El abono proporciona organismos beneficiosos que la huerta necesita. Existen muchos tipos de fertilizantes sintéticos que cumplen esta función. Aun así, tenemos que tener en cuenta que estos complementos no son naturales por lo que cuantos más vertamos peor será la calidad de la tierra.
Por ello desde Matabi te recomendamos que siempre que puedas optes por lo natural. Aquí te proponemos 5 abonos naturales:
Estiércol. Probablemente el mejor fertilizante natural tanto para el jardín como para la huerta. Se pueden comprar bolsas de estiércol descompuesto, aunque si tenemos animales lo ideal es que utilicemos sus propios excrementos después de haberlos compostado.
Pieles de plátano. Es un tipo de abono menos común que el estiércol aunque muy beneficiosos para nuestra tierra. Proporciona el potasio perdido por las planta y permite que las floraciones sean mayores. Simplemente hay que cavar un hoyo e introducir las pieles para que haga sus efectos.
Cascaras de huevo. Además de fertilizante también hacen las veces de repelente. Tenemos que romperlas y tirarlas a los hoyos de nuestro huerto, aunque también podemos triturarlas hasta convertirlas en polvo y después expandirlas por la base de las plantas. Aportan carbono y calcio. Indispensables para nuestro huerto.
Recortes de césped. Metemos el césped en una cubeta y después le aplicamos agua para dejarlo que se diluya durante un día. Después tenemos que coger este té y pulverizarlo sobre nuestras plantas. Esto nos aportará nitrógeno.
Los posos del café. Aunque parezca increíble, después de tomarnos una taza de café no tenemos que tirar sus posos. Estos pueden proporcionar una interesante cantidad de nitrógeno. Se pueden mezclar con el suelo o extenderlos por la superficie.