El mes de Diciembre, será un buen momento para mejorar el terreno y planificar bien la organización de nuestro huerto, para que el próximo año su rendimiento sea óptimo. Pero no por ello, descuidaremos las tareas que podemos llevar a cabo en el terreno.
Es una buena ocasión para mejorar la fertilidad del suelo, aportándole nutrientes a través del compost, por ejemplo. Haciéndolo ahora, tendrá tiempo de integrar y asimilar todos los beneficios, para cuando tengamos que sembrar. Rotaremos los cultivos, para que no consuman siempre los mismos nutrientes y para que no proliferen plagas, que tiene siempre su alimento. Es el momento para estudiar y analizar nuestro huerto, espacios más soleados, áreas sombrías, humedad… y planificar que tipo de plantas queremos tener y cuál sería la mejor área de la huerta, calendario de siembra…
En el huerto encontramos algunas veces insectos o pájaros que pueden ser beneficiosos. Podemos ayudarles a pasar el invierno creando refugios para ellos.
Además, podemos replantearnos nuestro sistema de riego y mejorarlo si es necesario, instalando riego por goteo por ejemplo. De este modo, tendremos un quehacer menos durante el verano.
Aprovecharemos para limpiar y poner a punto las herramientas de trabajo, por ejemplo, el mantenimiento del pulverizador, cortacésped, utensilios de poda, etc.
Pero también hay actividades este mes; en las zonas templadas podremos sembrar ajos, espinacas, guisantes… de forma directa y trasplantar lechugas, acelgas o coles. Por otro lado, cosecharemos, escarolas, coliflores, zanahorias, puerros, remolachas o guisantes, entre otros. Probablemente, tendrán un desarrollo ralentizado por las pocas horas de luz solar, pero podremos sacar rendimiento de ellas. Aunque puedan aguantar el invierno con mayor facilidad que otras hortalizas, las protegeremos de posibles vientos fuertes y heladas. Comprobaremos que las protecciones que ya tenemos colocados (cortavientos, túneles, invernaderos desmontables…) se mantienen en buenas condiciones y cumple su función.
Si tenemos plantas aromáticas que sobreviven al invierno (tomillo, romero, lavanda…) será buena ocasión para podarlas y sanearlas, para que crezcan con mayor fuerza. Si no las tenemos, pero nos gustaría disfrutar de ellas, es un buen momento de plantarlas. Aparentemente no crecerán, pero si empezaran a desarrollarse y cuando el clima mejore, brotaran rápido.
Las malas hierbas de invierno también empezaran a crecer, las eliminaremos con cuidado. Mullir el suelo y remover la capa superficial que el frío y la lluvia forman en la tierra, ayudará a aumentar su transpiración.