Este mes bajan las temperaturas, las horas de luz y llegan las abundantes lluvias. Nuestra principal tarea en el jardín será resguardar nuestras plantas del frío.
Prepararemos la protección para las plantas que pueden ser muy diversas, por ejemplo, invernaderos, túneles, lonas o plástico; o podremos plantar unas estacas alrededor y rodearlas para protegerlas del viento. Debemos tener presente que cualquier protección con plásticos (túnel, invernadero…) hay que airearlos en las horas de mayor sol ya que combinándolos con la humedad son enemigos para nuestras plantas y se podrían asfixiar con el calor.
Pondremos especial atención en nuestros cítricos, ya que no soportan el frío. Moveremos las macetas a un lugar resguardado o al interior, manteniéndoles en un sitio con buena luz. Será un buen momento para plantar árboles, arbustos y frutales, eso sí, protegiéndolos del aire. Recolectaremos caquis, aguacates, kiwis y granadas.
Con el aumento de las lluvias, regaremos las plantas solo si es necesario. Si tenemos plantadas especies que no necesitan mucha agua, podremos cubrirlas con un plástico para evitar que se mojen demasiado y se encharquen.
Terminaremos la plantación de bulbosas de floración primaveral (azaleas, begonias, alegrías) cubriendo el suelo con un buen acolchado que proteja a las plantas de las heladas y abonaremos el terreno con estiércol. También podremos cultivar en el interior aquellas plantas de exterior que no aguantan las heladas (fucsias) o el agua excesiva (cactus).
Quedaran pocas flores en nuestro jardín, pero una buena opción pude ser plantar las coles de jardín, que son resistentes al frío y a heladas no muy largas. Para ello, antes de que llegue el frío invierno, prepararemos el terreno. Primero cavaremos la tierra para que el agua, aire y los microorganismos penetren hasta el fondo. Después, añadiremos estiércol, pasadas unas dos semanas, removiéndolo con la horquilla para mezclar bien la materia orgánica.
El césped, será importante mantenerlo libre de hojas secas para evitar que trasmitan enfermedades al suelo y éste mantenga su buen estado. Es fácil que debajo de las hojas se acumulen parásitos y hongos. Estas hojas secas las podremos utilizar para hacer un compost de buena calidad. Si no lo hemos hecho con anterioridad, resembraremos el césped en las zonas dañadas; añadiéndole abono y removiéndolo para que se airee, ayudando a que se regenere por completo.